… Yo querría vivir con Usted,
en una pequeña ciudad
donde es eterno el crepúsculo
y también las campanadas.
En un modesto hotel rural —
con el sonido apenas audible
de un antiguo reloj — como gotitas del tiempo.
A veces, por las tardes, desde cualquier buhardilla —
la melodía de una flauta
y el flautista junto a la ventana,
los tulipanes grandes en las ventanas
y quizá Usted nunca me amó …
__________
En medio de la habitación — una chimenea de azulejos,
en cada azulejo — un dibujo:
una rosa — un corazón — un barco. —
Y en la única ventana —
nieve, nieve, nieve.
Usted estaría acostado — así como me gusta:
perezoso, indiferente, descuidado.
De vez en cuando el crujido
de los fósforos.
El cigarro arde y se apaga,
en su punta tiembla,
como un poste gris — la ceniza.
A Usted le da pereza sacudirla —
el cigarro entero vuela hacia el fuego.
10 de diciembre 1916
El buey hoy no trabajó, un viento desparramo la tierra sin heridas, el arado se cubrió de melancolía, ya es tarde, la enredadera no crece desde ayer, el trigo sin sesgar, empachado de sol, espera mis brazos, en donde hoy pasas el día.
ResponderEliminarEl buey hoy no trabajó, un viento desparramo la tierra sin heridas, el arado se cubrió de melancolía, ya es tarde, la enredadera no crece desde ayer, el trigo sin sesgar, empachado de sol, espera mis brazos, en donde hoy pasas el día.
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