"Una vez el maestro vio que Boris escribía la mesa.
— ¿Rizhiy, usted también garabatea la mesa de su casa?
— Sí…
Todos empezaron a reír. Pero yo más tarde pude comprobar que Boris había dicho la verdad. Cuando conocí su casa, vi que una enorme hoja envolvía por completo el escritorio de Boris. Él utilizaba cada espacio de esa hoja, y después la sacaba y la cambiada por una nueva".
( Irina Kniazeva )
... Como un niño
me escapé de la clase
porque no puedo
escuchar el
delirio resonante de los maestros.
Deambulo por las
avenidas vacías,
me siento en
el banco húmedo
y observo el
cielo azul.
En el cielo nadan
los barcos,
porque es el fin
del mundo.
... Y como un
flecha de reloj
la estrella
dirige su rayo hacia allá,
donde en el borde
de mi corazón,
no hay nada excepto
dolor.
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