“Marina hablaba impetuosamente y en su monólogo había vuelo. Las palabras no llegaban a tiempo con los pensamientos, sin terminar la frase saltaba a la siguiente; se interrumpía, tenía prisa, era realmente como un torbellino, remolino de pensamientos, de sentimientos, fantasías, asociaciones. ¡Podía estar al mismo tiempo en el ayer, en el mañana, en algún cementerio o cerca de Notre Dame... Seguir su curso, el vuelo de sus pensamientos era fascinante y al mismo tiempo increíblemente difícil"
-María Belkina-
EN INVIERNO
cantan los lamentos de las campanas.
Algunas calles entre nosotros.
¡Algunas palabras!
La ciudad duerme en la bruma,
la hoz plateada aparece,
la nieve cubre con estrellas
tu cuello.
¿Las invocaciones del pasado hieren?
¿Cuanto tiempo duelen las heridas?
Se burla seductora y nueva,
la mirada brillante.
Para el corazón es (¿azul o castaña?)
más importante que las páginas sabias.
La escarcha blanquea
las flechas de las pestañas.
Detrás de las paredes callaron
los lamentos agotados de las campanas.
Algunas calles entre nosotros.
¡Algunas palabras!
La luna purificada se inclina
hacia las almas de los libros y de los poetas,
la nieve cae
sobre tu esponjoso cuello.
Imágen: retrato de Marina T. hecho por su hija Alia Efron
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