LA HORA DEL JUICIO
La escarcha cubre el corazón.
Hace mucho frío a la hora del juicio...
Estos ojos son como los de un monje,
ojos así no había visto.
Me voy, no tengo fuerzas.
Desde lejos rezaré
(¡porque fui bautizada!)
por los que son como ustedes:
los elegidos para no dejar que Rusia
caiga al abismo.
Pero me temo que también se les agotó la fuerza.
Por eso escojo la muerte.
¡Como Rusia vuela hacia el precipicio,
no puedo, no quiero verlo!
.
El poema es muy bello, tanto como tu versión. Algo duele en él como los ojos de la autora.
ResponderEliminar