Marina Tsvetáieva
Por las noches
todas las habitaciones son negras
y todas las voces, oscuras.
Por las noches
todas las bellas de la tierra están
igualmente — inocentemente — equivocadas.
Conversan, por las noches,
las bellas y los ladrones.
Delante de la casa pasarás.
Tu casa no es la misma por las noches!
Tu vecino es extrañamente otro.
Detrás de cada espalda hay un cuchillo
y se mueven, con ira impotente,
los enormes árboles negros.
Es estrecha la cama subterránea
por las noches negras, por las noches!
Oh, temo despertarme, susurrar
y en los labios besar...
Recen, niños queridos,
por mí,
en la primera
y en la tercera hora.
17 de diciembre 1916
.
Por las noches
todas las habitaciones son negras
y todas las voces, oscuras.
Por las noches
todas las bellas de la tierra están
igualmente — inocentemente — equivocadas.
Conversan, por las noches,
las bellas y los ladrones.
Delante de la casa pasarás.
Tu casa no es la misma por las noches!
Tu vecino es extrañamente otro.
Detrás de cada espalda hay un cuchillo
y se mueven, con ira impotente,
los enormes árboles negros.
Es estrecha la cama subterránea
por las noches negras, por las noches!
Oh, temo despertarme, susurrar
y en los labios besar...
Recen, niños queridos,
por mí,
en la primera
y en la tercera hora.
17 de diciembre 1916
.
¡Qué buena cosa! ¡Nos abres los ojos al mundo eslavo! Gracias!
ResponderEliminarAdoro este poema, Nati. Un millón de gracias por llevarnos de la mano por tanta poesía, al fin y al cabo, no tan lejana.
ResponderEliminarQue bueno Sandra, un abrazo
ResponderEliminarHermosísimo, Natalia. Gracias por estas palabras de Marina. Besos.
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