EN LA IGLESIA
Allí, cada noche, cantan las monjas,
su canto es
melancólico y amargo.
Sus voces finas como velas
nadan hacia los
candelabros azules.
Allí, en todas
partes, incluso bajo los pies,
la pulcritud oprime como el miedo…
Allí los cuervos con los pañuelos negros
limpian el polvo
de las cúpulas.
Me resulta extraño y atractivo el tema del poema. No son seres agradables esas monjas.
ResponderEliminarA todo esto ¿existen monjas en la religión ortodoxa? ¿O éstas son católicas?
Saludos
Sí, claro, existen.
ResponderEliminarMe parece un poema hermoso y estremecedor.
ResponderEliminarMujeres solas, las monjas, cantan su amargura con melancolía, como si quisieran escapar, o quizás, salvarse.
Un abrazo