Su verdadero nombre era María. Nació el19 de noviembre de 1869 en Petersburgo. Minutos antes de morir, su bisabuelo Kondrat Lojvitsky pronunció el siguiente verso — «el viento lleva el olor de la mirra …». María escuchó esta leyenda familiar y decidió cambiar su nombre. Murió a los 36 años y convirtió sus poemas en profecía — «Quiero morir joven,/ sin sentir tristeza ni amor por nadie;/ descender como una estrella dorada,/volar siendo flor no marchita».
¡No maten a las palomas!
Su plumaje es blanco como la nieve;
su suave arrullo suena
en la oscuridad del mal terrestre
donde todo es deslucido o confuso.
¡No maten a las palomas!
¡No arranquen las violetas!
No sean ávidos ni celosos;
los campos les darán semillas,
habrá lugar para los ataúdes.
No solo de pan se vive.
¡No arranquen las violetas!
¡No rechacen a la belleza!
Es inmortal y no necesita inciensos.
No necesita la gloria de los cantos,
¿de qué le sirven los himnos, las flores?
Sin ella el genio no tiene poder,
¡no rechacen a la belleza!
es una belleza!
ResponderEliminarLa desconocia, muchas gracias Natalia
ResponderEliminarSigue sus palabras pero no su ejemplo: no mueras joven, ya sentiste tristeza y amor y volaste de casa siendo flor no marchita. Te falta descender como una estrella dorada, pero subes tan alto que sería toda una constelación la que cayera.
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