7 de enero de 1902
El aire se volvió imperceptiblemente húmedo y el viento caliente trajo consigo el perfume de las hierbas, un hombre triste con cuerpo del joven Dionisio y cara de asceta arrepentido, iba por el campo. [En los rayos oblicuos del sol poniente aparecía una delicada sombra.] El río, silencioso de día, cantaba confundido una canción melancólica, como si sus aguas liberadas de los penosos y directos rayos del sol regresaran a la oscuridad natal. Los árboles se refrescaron, la hierba tenaz y perfumada se estiró, la tierra tembló misteriosamente, y después de ella temblaron todas las vidas — la vida de los pájaros, la de los cuadrúpedos, y la del hombre triste con cuerpo de Dionisio.
Podría ser también para este día de aguas y soles sombríos.
ResponderEliminarEl río, silencioso de día, cantaba confundido una canción melancólica, como si sus aguas liberadas de los penosos y directos rayos del sol regresaran a la oscuridad natal.
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