Me harté
de palabras, palabras, palabras,
nada
puedo pretender del habla racional
cuando
por las noches, sobre el tejado,
el follaje
golpea como una viuda harapienta.
Oigo mal,
el nocturno idioma de la viudez es
incomprensible.
Entre
nosotros hay parentesco.
Entre
nosotros no hay parentesco.
Y si
repito a los árboles desquiciados
que mis
mangas en el rocío están hasta los codos,
nada
pueden responderme excepto un gemido.
genial! deberias traducir un libro de el , hay muy poco en castellanos ! saludos!
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