LA VOLUNTAD SALVAJE
Amo los juegos
en los que todos son arrogantes y malos.
Que los enemigos sean los tigres
¡y las águilas!
Que la voz altiva cante:
«¡acá la perdición y allá la cárcel!»
Que la noche luche conmigo,
¡la noche!
Corro, — las mandíbulas detrás,
río, — con la correa en la mano …
Que el huracán
¡me despedace!
¡Que todos los enemigos — sean héroes!
¡Que el festín acabe en guerra!
Que en el mundo queden sólo dos:
¡yo y el mundo!
Amo los juegos de la voluntad salvaje!
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