Tenía 15 años, la piel clara, tierna, casi transparente, llevaba una camisa de una blancura deslumbrante. Tardó un poco en comenzar la conversación, y después, inseguro, preguntó: “¿Usted es Seriozha Shults?” Cuando le respondí que sí, levantó la mano derecha, en la que tenía un portafolio marrón, puso debajo de ella la otra mano y preguntó: “¿Y le gusta John Donne?”
-S. Shults sobre Brodsky-
Música sueca
K. J.
Cuando la nieve cubre el mar y el crujir del pino
deja en el aire una huella más profunda que el trineo,
¿a qué azul pueden llegar los ojos? ¿Hasta qué silencio
puede caer una voz indiferente?
Desapareciendo sin dejar señales, el mundo
ajusta cuentas con el rostro, como con un rehén de Mameluco.
... Así el molusco fosforesce en el fondo del océano,
así el silencio absorbe toda la velocidad del sonido,
así un fósforo alcanza para encender la estufa,
así el reloj de la pared copia los latidos del corazón,
y al detenerse en éste, continúa
del otro lado del mar.
1975
este porma me ha dejado sin aliento, como siempre, gracias por compartirlo.
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