En la infancia todo, hasta lo más insignificante,
está lleno de sentido:
la luz blanca, la oscuridad de las noches,
el ala, el remo y el columpio …
Y las escamas de los peces manchados,
el pollito, el halcón muerto,
el grito de la lechuza, el abejorro,
el prado después de cortar el pasto.
Como una molécula de vino en la sangre,
como un poema en el cerebro sensible,
como la luna en la noche de julio,
Me encanta...
ResponderEliminarmuchas gracias!
ResponderEliminarMe ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo
La infancia está tan llena de sentido que muchos se pasan la adultez en borrarlo. Que no borren los poemas.
ResponderEliminarEs precioso, Natalia, gracias!
ResponderEliminarRoby de prestiti on line
notable.
ResponderEliminarMe encanto, Natalia... si pudieramos recuperar ese sentido que perdimos en el camino... gracias x compartir la belleza de lo simple!
ResponderEliminar