NUESTRA GENERACIÓN
A los diecisiete aprendíamos a amar.
A los veinte aprendimos a morir.
Sabíamos que si estábamos vivos,
es porque no había pasado nada aun.
A los veinticinco aprendimos a cambiar
la vida por unos peces, papa y leña.
No había tiempo para admirar
el tierno color de los rostros ruborizados.
Vivíamos como en un vagón, temblando.
Los días pasaban sin detenerse,
y a los treinta abrimos los libros
con la mano tosca por el trabajo.
Con los jóvenes, a los treinta y cinco,
comenzamos a rehacer la vida,
la demolimos, pero no sabíamos
cómo reconstruirla.
¿Qué nos quedó por aprender a los cuarenta?
¡Salteamos tantas páginas!
¿Que la vida es corta?
Pero eso lo sabíamos a los veinte.
1928
Muy emotivo.
ResponderEliminarMuy lindo
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