VALSECITO
Me desperté, y me falta una mano,
antes había cinco dedos.
Mis ojos se llenaron de círculos,
y me dormí de nuevo.
Me desperté, la segunda mano ya no estaba.
Es peligroso dormir mucho tiempo.
Pero Dios susurró: cerrá los ojos,
y me dormí de nuevo.
Me desperté, y ya no tengo pies,
una lágrima corre hacia el pecho.
Me desperté: llevan una corona,
y yo cerré los ojos.
Me desperté, y desaparecí,
desaparecí completamente —
y miro mi cama desde el cielo:
sobre ella, tan solo un vientre.
Me desperté, y estoy en el paraíso,
y a mí lado — un alma.
Y desde la nube miro hacia abajo,
donde hace mucho, es la guerra.
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¡Qué lindo poema, Cíclopa!
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