ABEDULES
En primer lugar, nadie jamás vio abedules
como esos. Ahora me aterra recordarlos. Son como una alucinación. Algo
terrible, trágico, como el Altar de Pérgamo, magnífico e
inconfundible. Y creo que ahí hay cuervos. No hay nada mejor en el mundo que esos
abedules, enormes, potentes, tan antiguos como los druidas, y aun más antiguos
que ellos. Ya pasaron tres meses y no puedo recuperarme, como antes, pero no
quiero que sean un sueño. Yo los necesito reales.
1960
Yo también los necesito reales.
ResponderEliminar